Existen un gran número
fuentes de información que nos afectan y nos configuran inconscientemente, entre
otras podemos destacar: por un lado el televisor que emite imágenes de tipo
informativo, imágenes comerciales e imágenes de entretenimiento; por otro lado
también contamos con las imágenes publicitarias que se encuentran en nuestro
entorno como las vallas gigantes, los mupis o las marquesinas del transporte
público; sin olvidar los escaparates de las tiendas pertenecientes al visual
merchandising; el cine y/o las imágenes de internet (Acaso, 2006).
Vivimos en una sociedad
donde a diario estamos hostigados por un gran número de información y de
mensajes subliminares que llegan a nosotros y que ahondan en nuestro interior
prácticamente sin percatarnos. Todo ese compendio de información es lo que se
conoce bajo el nombre de Cultura Visual. De modo que, ¿si el mundo audiovisual
se está convirtiendo en uno de los medios de comunicación pioneros en nuestra
sociedad por qué no se dedica un tiempo en la escuela para abordarlo de lleno?
Se advierte que hay una
necesidad latente de abordar la cultura visual, su significación, etc.,
involucrando a nuestro alumnado dentro de dicha cultura para que se acostumbren
y puedan vivir en un mundo empapelado por iconografías sin que esto repercuta
negativamente en ellos ni en ellas. “La imagen es manipulable, la personalidad
no debe serlo” (Granado, 2003 p. 155).
Esta es la era de la
tecnología y de la digitalización de los medios, en un mundo tan tecnológico como
es el nuestro en estos momentos. Atendemos a varias representaciones, como
pueden ser la predominancia e importancia del icono, las expresiones
audiovisuales, la cultura electrónica y todo el conjunto de expresiones
culturales que las personas utilizan hoy en día.
Por otro lado, podemos
concretar que además de tener las calles de nuestras ciudades recubiertas con
un sinfín de anuncios publicitarios que nos dicen cómo tenemos que vestir, cómo
tenemos que comportarnos, a qué juegos tenemos que jugar, y demás; el medio de
comunicación de masas por excelencia que transmite a los escolares más información que cualquier otro es la
televisión. ¿Por qué podemos considerar a la televisión como el medio principal
y no otro como pudiera o pudiese ser la radio o los periódicos?
La televisión sigue siendo un elemento
aglutinador de los más diversos procesos de
opinión. Últimamente se enfatiza el análisis y la discusión en torno de
la relación que debe existir entre educación y televisión, [···] la televisión
interviene en la mayoría de los ambientes por los que discurren las ruinas de
grupos e individuos. Sobra recordar su carácter de institución social
reguladora de las dinámicas colectivas, en su innegable capacidad para
acompañar silenciosamente la generación de ideas y valores, así como la
imposición de símbolos y referentes culturales y políticos en torno a aspectos
esenciales para la comprensión y el funcionamiento de la dinámica social.
(Aranguren, Arguello y Bustamante, 2004 pp.132-133)
Simplemente, porque “la
caja boba” es el aparto tecnológico frente al que la mayoría de individuos
pasan muchas de sus horas diarias, visualizando imágenes de todo tipo sin darse
cuenta, en la gran mayoría de los casos, de la influencia que puede tener en
ellos y en ellas; sobre todo si son los propios niños y niñas los que se
acomodan frente a ella para ver aunque sea una serie de dibujos animados o una
película infantil, las cuales tienen una gran carga y un gran peso para la
configuración de sus comportamientos y sus futuras actuaciones. “En la cultura
occidental, la televisión ocupa una gran parte de nuestro tiempo,
convirtiéndose, especialmente entre los más jóvenes, en una de sus principales
fuentes de información” (Granado, 2003).
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